domingo, 8 de septiembre de 2013

UN DOMINGO ESPECIAL

Buenos días,

Que ¿por qué especial?

Primero, porque todos los días de la semana deberían ser especiales y, sino, deberíamos intentar que fueran algo especiales; segundo, porque los domingos en si mismos ya son especiales; y, tercero, porque esta receta que hoy he horneado está hecha gracias a una amiga mía :Ana,  quien me introdujo con mucha paciencia e ilusión en el arte del té. Mujer emprendedora donde las haya, trabajadora incansable, la alegría personificada y con una educación y un trato exquisito, regenta una de las tiendas  TEA SHOP  de Sant Cugat del Vallés. Entrar en su tienda es trasladarse a otro mundo; mundo donde las prisas, el mal humor y  la desidia quedan anuladas por el sosiego y la alegría. Siempre te escucha, siempre tiene una palabra agradable y, en este caso que nos ocupa, es una experta en el arte del té.
 
En mi casa siempre hemos sido más teteros que cafeteros.. no sé muy bien por qué! Así que me hice adicta a la compañía de Ana y a sus tés: soy una fan incondicional del té de verano y del té de Navidad. Nunca faltan en mi cocina! Y mi casa tiene un olor especial...
 
A lo que íbamos! Cómo siempre digo, no escribo recetas porque la red está llena de ellas y porque cada uno debe hacer la receta a su modo y según sus gustos. Pero, en este caso, os aconsejaría que no siguierais al pie de la letra la receta que encontrarais sino que la adaptarais a las instrucciones que vienen en el envase:
 
 
 
Todo empezó con este pote . A qué parece mentira!!! Pues sí. Salió conmigo de la tienda de Ana y pasó a "ese pequeño laboratorio" que tengo por cocina. Como dice uno de mis hijos: "Esta cocina cada día se parece más a un laboratorio". Y empecé a probar. Tengo que deciros que me ceñí estrictamente a las instrucciones que están marcadas en el pote para la disolución del mismo y adapté las recetas que me parecieron serían más de nuestro gusto.
 
Por qué os hago tanto propaganda de este té. Pues porque su intenso color verde Jade es la máxima expresión de la refinada estética japonesa, representada en la ceremonia del té. Y, en concreto éste, armoniza la combinación de dulce y ligeramente amargo. Las plantas con las que se elabora esta variedad japonesa se cultivan a la sobra y las hojas se recogen a mano. Mediante un delicado proceso, las hojas se reducen a un fino polvo en un molino de piedra. El aporte de nutrientes del Matcha es superior al de otros tés verdes ya que la hoja se ingiere, no se infusiona.
 
El resultado fue superior... un bizcocho suave y esponjoso con un suave y delicado sabor a té y una buttercream deliciosamente coloreada de manera natural con un sabor a té verde espectacular.
 

 
Si sirve un consejo: en esta receta no sirven sucedáneos del té.

Y, gracias, ANA... tu eres maravillosa y tu tienda un placer para los sentidos.

La semana que viene seguid conmigo. Os suena Makiko Searle????

Sed felices!

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Chorros de besos,

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