domingo, 4 de agosto de 2013

BODAS DE PLATA

Buenos y dulces días,

Ha sido maravilloso poder compartir una celebración como ésta: ¡25 años de feliz matrimonio! Parece toda una vida y, seguramente, ha sido toda una vida de ratos buenos, no tan buenos, felices y no tan felices pero, eso sí, al "pie del cañón"; es decir, para lo bueno y lo malo. 

Ha sido un verdadero lujazo formar parte (muy pequeña, pero parte) de este evento.

Ella tenía las cosas muy, muy claras... :

-" Mi ilusión es tener un pastel de boda; es mi sueño... como si nos casáramos por primera vez; y quiero unos novios arriba de todo. "

Emanaba verdadera felicidad!

-"Para cuántos os hago la tarta?", le pregunté pensando que me iba a decir para "todos los del mundo mundial".  Era contagiosa su ilusión.

-" Para seis: mi marido, yo y mis cuatro hijos".

En ese momento me quedé de pasta de boniato... sólo para ellos. Una celebración de ese calibre para ellos; para su intimidad; para su felicidad... porque eso es una verdadera familia. 

Pues nada, me dije... ¡manos a la obra! Le pregunté gustos (a mi marido le gusta el chocolate), colores (blanco roto y beig, como el día que nos casamos por primera vez); altura (de tres pisos, que ilusión me hace que tenga pisos, es mi sueño; y sobre todo, quiero unos novios arriba). 

Y así acabó todo: tres pisos, bizcocho de chocolate blanco y chocolate negro con una buttercream de trufa... lo que iba sobrando me lo iba comiendo! Empecé con una cucharita y acabé limpiando los utensilios con los dedos... Rico, rico!


Y así empezó todo.....





Una vez, los primeros pisos estuvieron acabados, empecé con los novios....




Y acabé con el pastel....






FELICIDADES!!!